Un recorrido por los históricos cafés de Buenos Aires

Paseo con aroma a café y mucha historia 

Luego de haber hecho nuestro primer recorrido cafetero por la Confitería el Molino en ediciones anteriores de Vidriotecnia, para esta edición, nuestra revista visita algunos de los cafés más destacados de la Ciudad de Buenos Aires.

Muchos dicen que si no te han dicho en qué ciudad estás, sabrás rápidamente que se trata de Buenos Aires porque con facilidad vas a encontrar un café en cada cuadra. Eso hace que nos resulte difícil hacer una pequeña selección de cafés tradicionales de nuestra querida ciudad, ya que son muchos los emblemáticos cafés que guardan en sus paredes historia y encanto. No se trata solo de espacios para disfrutar de una buena taza de café, sino que son verdaderos tesoros culturales que nos recuerdan lo mejor de nuestra identidad porteña. A continuación, exploraremos un pequeño recorte de cinco cafés icónicos de Buenos Aires y su fascinante historia.

 

Café Tortoni: el clásico

En 1858 se levantaba sobre la altura 825 de la Avenida de Mayo el emblemático Café Tortoni. Ubicado en el barrio de Monserrat, después de 166 años de su fundación, recibe a muchísimas personas a diario, que no solo llegan a saborear una taza de café, sino para viajar por un rato en el tiempo, para encontrarse con las destacadas personalidades que se sentaron en sus mesas de mármol. Pues el Café Tortoni, con su destacada arquitectura y mobiliario, ha sido sitio de reunión de hombres y mujeres que han contribuido a formar la historia y la cultura de nuestro país.

Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Alfonsina Storni (primera mujer que entró al café, hasta entonces solo admitía hombres), Carlos Gardel, Federico García Lorca, Lisandro de la Torre, Marcelo Torcuato de Alvear, Juan Manuel Fangio, José Ortega y Gasset y Roberto Arlt, son solo algunos de los escritores, políticos, deportistas, músicos y poetas que han compartido largas reuniones en este lugar. Es increíble pensar los interesantes murmullos que se debían escuchar entre las mesas en esos tiempos.

Fusionando prosa, música e historia, en la década del 20 y del 30, por una iniciativa de Benito Quinquela Martín, funcionó «La Peña», en la que distintos intelectuales y artistas se reunían en el Tortoni a conversar sobre arte y letras.

De 8:00 a 21:00 todos los días, el Café Tortoni nos espera a todos en su ambiente bohemio e increíble arquitectura sobre la Av. de Mayo 825.

 

Café La Biela: testigo de Recoleta

Fundado con el nombre de La Veredita en 1850, La Biela es el café más antiguo de la ciudad. Originalmente, contaba con tan solo dieciocho mesas sobre la vereda, y era propiedad de la Virreina Vieja, Doña Rafaela de Vera y Pintado, viuda de Joaquín del Pino, virrey del Río de la Plata entre 1801 y 1804.

Para ese entonces, Recoleta era zona de cuchilleros, prostitutas y ladrones, y contaba solo con unas pocas casas, un convento, un cementerio y la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar. Sin embargo, en 1871 llegó la peste a San Telmo y la clase alta que habitaba allí buscó refugio en otros barrios alejados del centro de la ciudad. De esta manera, Recoleta fue alojando entre sus calles a las familias más adineradas de la ciudad, así se mejoró su reputación y sus terrenos comenzaron a valorizarse.

Testigo de todos los cambios de la ciudad, el aún llamado La Veredita comenzó poco a poco a recibir a importantes y adineradas personalidades de Buenos Aires. Y fue La Veredita hasta 1950, cuando ocurrió un suceso que renombró al famoso café. Un grupo de amantes de los autos fue expulsado del bar que solían frecuentar porque les costaba comportarse. Se subieron entonces a sus tres autos y comenzaron a correr una picada por las calles de la ciudad. Pero a uno de ellos se le fundió la biela del auto en la esquina de Junín y Quintana y quedó varado frente al bar. Luego del hecho, esos tres amigos y otros fanáticos de los autos comenzaron a habituar el café como punto de encuentro, y el lugar decidió cambiar su nombre a La Biela y acoger así a sus nuevos clientes.

 

Al llegar a La Biela, Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares nos reciben sentados en una de las mesas del lugar y nos recuerdan de esta manera las emblemáticas personas que han disfrutado de un buen café en esta espectacular esquina de Recoleta. Artistas, músicos, deportistas, escritores y políticos han hecho de este sitio otro de los tesoros que guarda grandes conversaciones y memorias entre sus paredes. Se puede visitarlo en Av. Pres. Manuel Quintana 596, todos los días de 8:00 a 12:00, o hasta la 1:00 viernes y sábados.



Café Las Violetas: el más elegante

Inaugurado en 1884, el Café Las Violetas, más conocido como Confitería las Violetas, se encuentra imponente y elegante en la esquina de las avenidas Rivadavia y Medrano en el barrio de Almagro. Si bien abrió sus puertas para celebrar la primavera el 21 de septiembre de 1884, las cerró hacia 1998, pero fue declarado «área de protección histórica», restaurado y reinaugurado en 2001 por la Legislatura de la Ciudad.

Pero Las Violetas no perdió su singular estilo y elegancia, y fue reconstruido sin escatimar en la inversión, y se vistió con impresionantes vitrales, puertas de vidrio curvo, pisos de mármol italiano, muebles traídos de París y fina boiserie. Era entonces esperable que los clientes de este café fueran importantes personalidades de las diferentes épocas. Quizás, la clienta más asidua haya sido Alfonsina Storni, que era vecina del barrio de Almagro, y a quien podíamos encontrar frecuentemente sentada en las mesas del sitio para la hora del té. Pues hasta el día de hoy, Las Violetas se destaca por los abundantes y variados platos que presenta para la tercera comida del día. Por tal motivo, es posible que si pasamos una tarde por la Av. Rivadavia al 3899, nos encontraremos con una gran fila para entrar al lugar. De cualquier manera, podemos visitarlo todos los días, de 6:00 a 1:00 hs.

 

Café El Federal: el corazón de San Telmo

En el pintoresco barrio de San Telmo, en la esquina de Perú y Carlos Calvo, se encuentra el verdadero corazón de San Telmo, Café El Federal. Fundado originalmente como almacén de despacho de bebidas, ya hace más de 150 años funciona no solo como sitio para tomar un sabroso café, sino también para recordarnos la tradición, historia y vida social de nuestra ciudad.

Con su fachada al mejor estilo francés y su interior decorado con objetos antiguos, el café nos transporta a una época pasada, donde el café era el centro de la vida social y cultural de la ciudad. El Federal está conformado por dos salones vestidos con un tradicional mobiliario y ambientado con una exposición porteña, donde podemos encontrar viejas publicidades y fotografía de los años 20 y 30, antiguos triciclos, añejas botellas, sifones de vidrio y grandes pinturas.

Por años, sus mesas de madera, las sillas antiguas y originales y la imponente mesa de mármol, recibieron a muchísimas figuras históricas y literarias que han dejado en el aire su huella, dotando así de una gran identidad al café. Al llegar, respiraremos un aire de nostalgia y autenticidad, escucharemos murmullos y música de fondo y, por supuesto, sentiremos un exquisito olor a café recién hecho.

Siendo nuestro faro de tradición y cultura, podemos visitar el café en Carlos Calvo 599, todos los días de 8:00 a 2:00 hs y recordar así la importancia de preservar y disfrutar los lugares que han hecho a la identidad de la capital.

 

Café Los Angelitos: embajador del tango

Fundado en 1899, Café Los Angelitos se encuentra en el centro de la ciudad, en el barrio de Balvanera. Testigo de la evolución cultural, también ha sido sitio de reunión para muchas personalidades de distintas épocas que se han juntado a debatir, disfrutar de un buen café y apreciar espectáculos de tango, algo que ha hecho en innumerables oportunidades a lo largo de los años, alojando así a amantes del baile y la música. Todavía hoy se puede disfrutar de presentaciones en vivo de un tradicional tango, siempre con rico gusto a café.

Originalmente, al ser fundado por el italiano Batista Fazio, era habituado por «malandras y caferatas», es decir, por gente de mal vivir para la época. Dicen que, un día, el comisario de Balvanera, al pasar por el café, insinuó sarcásticamente que allí dentro se podían encontrar los «verdaderos angelitos» de la ciudad. Sin saberlo, bautizó para siempre este destacado lugar. Y así fue por años visitado por importantes personas de nuestro país: José Ingenieros, Juan B. Justo, Alfredo Palacios, Manuel Gálvez y Carlos Gardel. Este último vivió a poco más de una cuadra de distancia, por lo que elegía el lugar para pasar largas horas.

En la actualidad podemos disfrutar no solo de música y café, sino también de una gran oferta culinaria, en Avenida Rivadavia 2100, todos los días de 9:00 a 19:00 hs.

 

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