Iglesias de Buenos Aires: espiritualidad y arquitectura

Recorremos tres de las iglesias más impactantes y con más historia de la ciudad

Si bien Buenos Aires es hogar de personas practicantes de muchas y diferentes religiones, más de la mitad de la población que habita la ciudad comparte sus ideas con la religión católica. Cada día, muchas de esas personas se acercan a diferentes templos para practicar su fe. Lo que muchas veces no saben es la historia que se esconde detrás de las magníficas construcciones que visitan.

A lo largo de los años, tanto por genuinos deseos de agradecimiento como por símbolo de poder, riqueza y estatus social, muchas personas han donado a la Iglesia Católica increíbles santuarios de destacada arquitectura y buen gusto. Así es que Buenos Aires alberga en sus calles una gran variedad de joyas de arquitectura religiosa para todos los gustos.

Resulta muy difícil hacer un recorte de solo algunas de ellas para presentar en esta nota, ya que podrían ser elegidas por su tamaño, por sus obras de arte, por las importantes personalidades de la historia cuyos restos se encuentran descansando allí, por antigüedad, por curiosidades de la sociedad de la época, etc. Además, poco sentido tiene establecer una jerarquía en cuanto a la belleza de cada una de ellas, ya que resultaría diferente la selección según el lector.

Por tal motivo, y como el fin de esta sección es conocer más sobre arquitectura, realizaremos en esta edición un recorrido por tres iglesias de Buenos Aires, cada una representativa de un estilo arquitectónico. Cabe destacar, de cualquier manera, que gran parte de las iglesias de Buenos Aires se consideran eclécticas en su estilo arquitectónico, lo que significa que toma características de diferentes estilos. Es por ello que ninguna de las clasificaciones que establecemos resulta absoluta, pero sí predominante. Por último, cabe remarcar, por sobre todas las cosas que, por supuesto, todas ellas no dejan de sorprender por su imponente belleza.

Iglesia de San Ignacio: el barroco colonial

La Iglesia de San Ignacio de Loyola es la más antigua de la Ciudad de Buenos Aires. Fue construida por misioneros jesuitas entre 1686 y 1722, y dirigida por los arquitectos Krauss, Bianchi y Prímoli. Sobre la calle Bolívar al 225, su destacado estilo barroco nos deja boquiabiertos por su presencia.

Se dice que probablemente sea, incluso, el edificio más antiguo de la ciudad, ya que, hasta ese momento las construcciones eran de adobe, y es muy poco lo que ha sobrevivido. La iglesia marcó el comienzo de los edificios perdurables en Buenos Aires.

En 1955 fue parcialmente destruida, pero se realizó un importante trabajo de recuperación del patrimonio original, que hoy nos permite apreciar los detalles de su interior que nos transportan al siglo XVIII.

Podemos encontrar en ella algunas características particulares que son verdaderas joyas arquitectónicas, como la cúpula sobre tambor cuadrangular en el crucero (únicamente comparable con la de la Catedral Metropolitana de Montevideo), la doble altura de las naves laterales y el altar mayor original tallado en madera y dorado.

No debemos perder de vista, además, que su céntrica ubicación en la Manzana de las Luces la ha convertido en testigo de grandes acontecimientos de la historia de la ciudad y de nuestro país, como los diferentes cabildos abiertos y revoluciones.

San Ignacio de Loyola puede ser visitada en diferentes tours gratuitos de la ciudad.

Catedral de Buenos Aires: el neoclásico

La historia de la construcción de la Catedral de Buenos Aires fue muy larga y en diferentes etapas. Su construcción definitiva comenzó en 1752 bajo la atenta mirada del arquitecto italiano Antonio Masella y finalizó en 1852. La decoración, sin embargo, culminó recién en 1911.

Si la vemos de lejos podríamos confundirla con un típico templo griego, caracterizando así su estilo arquitectónico neoclásico. Si bien sufrió varios daños durante la quema de iglesias de 1955, su fachada sigue siendo imponente y emblemática, y ha sido, a lo largo de los años, sitio de importantes acontecimientos de la ciudad.

Posee algunas características destacables, como las doce columnas que representan a los 12 apóstoles que acompañaron a Jesús, las capillas laterales, las naves y el crucero bajo una cúpula.

En 1942 fue declarada Monumento Histórico Nacional. Hoy es considerada una de las obras arquitectónicas más importantes de la época colonial de Argentina.

Basílica de María Auxiliadora y San Carlos Borromeo: el romántico bizantino

La Basílica de María Auxiliadora y San Carlos Borromeo fue encargada por los salesianos de Don Bosco e inaugurada en 1910 y es la joya arquitectónica del barrio de Almagro. Su elección no se debe a su exterior, ya que es probable que desde allí no nos llame demasiado la atención, sino por su interior, que es realmente impresionante.

Su arquitecto, Ernesto Vespignani, la soñó alguna vez en estilo romántico lombardo, aunque en esta basílica realmente podemos apreciar una diversidad de estilos. Encontramos lo barroco en su dorado, sus ornamentos y formas, lo bizantino en el contraste ornamental entre el interior y el exterior y lo neorrománico en sus arcos de medio punto. Sin embargo, como se la considere, es una verdadera belleza de la ciudad.

Desde los inicios de su construcción, la iglesia tuvo un estrecho vínculo con el Vaticano, hasta que en 1942 fue elevada a la categoría de basílica por el Papa Pío XII, debido a su larga historia y su relevancia religiosa y arquitectónica.

Como queda demostrado, Buenos Aires ofrece una fascinante variedad de estilos arquitectónicos entre sus calles, y las iglesias de la ciudad también hacen honor a ello. Desde el barroco colonial, el romántico bizantino, el neogótico hasta el neorromano, son muchos los maravillosos templos que vale la pena visitar y conocer. Cada una de las iglesias de la ciudad es un verdadero testimonio de religiosidad, riqueza cultural y arte.

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