Arto Kalciyan: trayectoria, la industria del vidrio y la evolución del mercado en los últimos años

En esta nueva edición de Historias Vidrieras, nos encontramos con Arto Kalciyan para conversar sobre su trayectoria, la industria del vidrio y la evolución del mercado en los últimos años.

 

¿Cómo definiría Arto Kalciyan, al propio Arto Kalciyan?

 

Tengo una historia muy particular, empezando por mi llegada al país a los 7 años. Soy de origen armenio, y por razones políticas de persecución, mis padres decidieron emigrar y así es como llegamos a la Argentina. Fue una gran lucha comenzar la vida aquí. En un principio, mis padres tuvieron muchos problemas, desde económicos, hasta de adaptación a una cultura completamente diferente. En ese contexto, a los 13 años, habiendo recién terminado la escolaridad primaria, comencé a trabajar con mi padre en calidad de administrativo en una empresa de productos químicos. Él era un especialista en recuperación de metales preciosos, lo que lo llevó a comenzar a fabricar un nuevo producto: el nitrato de plata. Pero el desafío no estaba sólo en su producción, sino también en salir a venderlo a la vez que administrábamos el pequeño laboratorio que montamos juntos en el barrio de Mataderos. Así es como comenzó mi historia. Quizás me toco aprender a crecer antes de tiempo, pero eso también me hizo más fuerte para enfrentar la vida. Estoy muy conforme con todo lo que he logrado: me esforcé muchísimo, así como también he tenido la dicha de tener buena suerte. Esa es mi gran fórmula para ir para adelante.

 

 

¿En qué año comienza a involucrarse en la industria química que nos mencionó anteriormente?

 

Nosotros llegamos en 1952 al país, y ya para 1958 habíamos iniciado, junto a mi padre, el laboratorio químico-industrial J. Kalciyan, donde comenzamos con la venta de nitrato de plata. Fue así que comencé a involucrarme con los vidrieros que tenían pequeñas fábricas de espejos, que eran entre ciento veinte y ciento cuarenta en todo el país; empezamos a trabajar con ellos, a visitarlos y a orientarlos en cómo debían trabajar. Posteriormente empecé mis estudios en química, me especialicé en ello y poco a poco fuimos creando toda la línea de productos para la fabricación de espejos. Siguiendo este camino, en 1980 aproximadamente, llegamos a ser distribuidores de espejos de Electroespejos y, más tarde, de vidrio.

 

 

  1. Siendo así, se puede decir que la presencia Kalciyan en la industria del vidrio, data desde hace muchísimos años…
  2.  
  3. Exactamente. Además, es importante entender la industria del vidrio de aquel tiempo. Se trataba de empresas pequeñas, lo que hacía que la relación con sus dueños fuera casi familiar. Con cada cliente, el trato era muy cercano. Siempre dispuestos a trabajar, no existía para nosotros ningún horario para recibir un llamado y acudir con lo que necesitaran. Ante cualquier urgencia o necesidad de algún producto, nosotros allí estábamos. Eso hizo que generáramos una relación muy importante con los vidrieros. Tiempo más tarde, en 1972 aparece Electroespejos, comenzamos a trabajar juntos, generamos un gran impacto ya que éramos quienes le entregábamos el espejo terminado y les evitábamos el engorroso trabajo de fabricar un espejo.
  1. Y acercándonos un poco más al proceso de transición de trabajar en la industria química, a pasar a ser un procesador de vidrio, ¿quisiera contarnos cómo lo vivió?
  2.  

La realidad es que una cosa nos llevó a la otra. Nosotros teníamos mucho contacto con las fábricas de espejos, y una especial cercanía, sobre todo, como bien mencione anteriormente, con el señor Margheri de Electroespejos CEMSA, con quien tuvimos una relación casi familiar. Se podría decir que él fue nuestro mentor en el rubro. Un día me dijo: “vos, que estás en contacto con todos los vidrieros del país, ¿por qué no les enseñas a cambiar de método y comprar el espejo terminado y así se evitan los problemas de producción que cada uno tiene?”. Y así fue como todo cambió. Siguiendo su consejo, empezamos vendiendo unos espejos al mismo tiempo que seguíamos con algunos productos químicos, y, prácticamente en poco tiempo, vendíamos la mitad de su producción. Fue en ese entonces que, Margheri me dijo que ya no me podría vender más espejos porque pasaría a ser su único cliente, lo que no era posible, y fue él quien nos incentivó y ayudó a poner nuestra propia fábrica de espejos.

  1. Alguna vez, mientras estaba en la industria química, ¿se imaginó que iba a terminar construyendo lo que hoy es Kalciyan Tecnología del Vidrio?

No, la verdad que no. Fuimos paso a paso. En todo momento, desde la primera hora, me acompañó Hilda, mi esposa. Desde los 18 años que éramos novios. Ella comenzó a colaborar conmigo en la parte administrativa y luego, en nuestros 50 años de matrimonio, trabajando juntos se convirtió en una pieza fundamental. Ella era mi mano derecha, con una inteligencia fuera de lo común para trabajar, y una voluntad tremenda.


  1. Actualmente, dentro de la estructura de Kalciyan, ¿cuál es el rol que usted cumple y cómo fue el proceso en el cual se fueron incorporando sus hijos, y actualmente, sus nietos?

Más o menos a mis sesenta años, en edad de retirarme, pero no así de trabajar, empecé a ceder el espacio a mis hijos. Yo mismo nombré como presidente al mayor y más preparado administrativamente, Marcelo, y di un paso al costado. Cuesta dejar el protagonismo, pero en realidad, hay que hacerlo para que los hijos evolucionen, siempre con la mirada puesta en lo que se hace y en aconsejarlos y acompañarlos de cerca.

Hoy en día, no cumplo ninguna función específica, ni tampoco soy quien toma las decisiones, si bien vengo todos los días a la empresa, simplemente soy una persona de consulta. Aprovecho las experiencias que he vivido, sobre todo en este país con tantos vaivenes, de las cosas que han sucedido y de las que pueden pasar… Soy un seguidor ferviente de la situación económica-política del país, y los mantengo en alerta de lo que ocurre y lo que puede ocurrir, y como nos puede impactar a nivel empresarial pero nada más que eso. Estoy muy contento de estar con Marcelo y mis nietos en la empresa.


  1. ¿Cuáles diría que son los hitos más significativos en su historia, desde Química Kalciyan hasta Kalciyan tecnología del vidrio?

La industria química, fue una industria que nos enseñó mucho, ya que teníamos una visión muy distinta a lo que era el mercado en ese tiempo. Entramos con un criterio totalmente diferente al del resto de los empresarios, porque nos habíamos hecho muy de abajo como industria y ocupábamos un lugar muy importante dado que éramos el principal fabricante de nitrato de plata. Fuimos la cuarta fábrica, cuando nos instalamos en el rubro, siguiendo a En poco tiempo, quedamos solos VASA y nosotros, y en una muy buena relación, que mantenemos hasta el día de hoy, notamos que no tenía sentido tener a dos empresas tan grandes fabricando espejos en el país, trabajando tres días ellos, y tres días nosotros. Llegamos entonces a un acuerdo, en el que dejamos de lado la fabricación de espejos y ahí incorporamos el templado, el laminado y por último el doble vidriado.


  1. Aprovechando la larga trayectoria que tiene en el mercado del vidrio ¿cómo diría que lo afectaron los distintos contextos socio-económicos del país?

Todas las crisis han sido realmente muy problemáticas y duras. Una de esas etapas, renovadamente se está viviendo hoy. A nosotros, la crisis del 2001, como a muchos, nos golpeó muchísimo. Las ventas bajaron hasta un 50%, pero siempre tuvimos en claro que no despediríamos a ningún empleado. Quizás por habernos formado desde muy abajo con trabajo muy duro, sabíamos lo importante que era que todos pudieran trabajar, fue así que achicamos los horarios de trabajo, e hicimos lo posible para poder remontar poco a poco la situación.

Ocurrió entonces que hubo una depuración en el mercado. Hasta ese momento, había competencias muy desleales y diferentes cuestiones que se realizaban de mala manera. Todo eso se fue depurando con el tiempo. Hoy el mercado es mucho más claro y la relación entre las empresas es muy buena.

Otro momento difícil que recuerdo es en 1995, cuando instalamos nuestra fábrica de espejos. Podríamos decir que “nos pasó de todo”: habíamos emprendido un proyecto muy costoso para ese tiempo, porque había una desgravación impositiva para todo lo que era importación de tecnología. Pero en el camino nos cambiaron las condiciones, nos agregaron el IVA, tuvimos problemas para con los bancos, incluso tuve que hasta hipotecar mi casa. En definitiva, hemos podido salir a flote. Nuestro fuerte y pasión, siempre ha sido el trabajo duro.


  1. Desde aquella época hasta hoy, la industria del vidrio ha pasado por diferentes etapas, ¿cómo cree que fue su evolución y cómo cree que podría ser en los próximos años?
  2.  

La evolución ha sido realmente impresionante. A partir del año 1988, cuando se instaló el Horno FLOAT en Argentina, hubo una gran modificación en las estructuras de las empresas que eran distribuidoras, ya que hubo que poner mesas de corte, contar con galpones y camiones adecuados para el funcionamiento, etc. Se podría decir que comenzó un mundo nuevo. El FLOAT cambió mucho las cosas.

Como me gusta decir, el vidrio es un material muy noble: viene de la naturaleza y vuelve a la naturaleza. No se trata de un producto de moda, sino que va a estar siempre a lo largo de todos los tiempos. Es un producto que se recupera, que no es dañino a la naturaleza, y considero que, en Argentina, aún tiene muchísimo por crecer y hacer. Si los vaivenes económicos no fuesen tan impactantes para la industria, seguramente tendríamos otros tipos de producción de vidrio , como también la incorporación de nuevas tecnologías, muchas innovaciones que se ven en Europa y EEUU, y que acá aún no se están desarrollando. El nivel del país, en materia económica y de poder adquisitivo, es bastante comprometido como para dar espacio a esos avances. Hay un mundo de cosas por hacer con el vidrio.

 

 

  1. ¿Es mucha la diferencia que usted ve entre el mercado de Estados Unidos o Europa, respecto al actual de Argentina?
  2.  

Si, sobre todo por la diferencia que hay en las facilidades y avances tecnológicos entre un sitio y el otro. En Argentina aún estamos muy limitados. Todavía utilizamos sistemas de doble vidriado hermético con vidrio de 3mm y cosas por el estilo, que, en otros lugares, hoy en día, ya se ha descartado para el uso común. Allá, todos los vidrios tienen tratamientos y especificaciones diferentes. Es muy sorprendente de ver. Acá todavía no hay mercado para ese tipo de cosas. Esperando que mejore alguna vez la situación en nuestro país, estoy seguro que la disposición de las empresas y empresarios argentinos, estará siempre interesada en desarrollar nuevas cosas.

 

 

  1. Cambiando un poco de tema, usted integró distintas comisiones dentro de CAVIPLAN, ¿cómo fue su experiencia?
  2.  

Una experiencia honestamente muy linda. Siempre fui miembro de la Cámara, pero durante cuatro años, me tocó ser tesorero de la misma, bajo la presidencia de Miguel Ángel López. Con quien éramos competencia en la calle, pero fuera de eso, éramos muy amigos. Realmente nos llevábamos muy bien, hicimos muchas cosas, aumentamos el número de asociados y la Cámara tomó otro aire en ese tiempo. Por mi parte, la tesorería la manejaba extremadamente ordenada, y había un control absoluto de los gastos y demás cosas. Fue una experiencia muy linda y siempre nos sentimos bien, muy acompañados por todos. En mi opinión, en un país tan grande como este y con tanta gente incorporada a la industria del vidrio, la Cámara debería tener muchos más asociados. Creo que es un desafío que tenemos por delante.

 

 

  1. ¿Cuáles son los desafíos que usted ve en la industria dentro de los próximos años o décadas en el país?
  2.  

El vidrio está muy presente en muchos edificios, incluso se utilizan, mucho más que antes, diferentes tipos de vidrios especiales. Creo que eso produjo un cambio muy grande, ya que el vidriero común tuvo que dedicarse un poco también a la carpintería, y así ampliar un poco más su actividad. Hoy en día, una vidriería tiene que incorporar y ofrecer otro tipo de servicios. En ese sentido, hay muchos desafíos en la actividad. Para ello es importante fortalecer, cada vez más, el movimiento y el trabajo dentro del gremio.

 

 

  1. Si usted tuviese que darle un consejo a un emprendedor o persona joven que comienza en este rubro, ¿cuál cree que sería?
  2.  

Bueno… para iniciarse hoy en día en esta industria, ya no alcanza simplemente con tener una mesa de corte y saber colocarlos. En la actualidad, es importante la especialización: fabricar templado, laminado, hacer procesos especiales o, de no querer hacerlo, considero que sería necesario incorporar carpintería a la actividad del vidrio, para lograr así ofrecer un “servicio completo” que abastezca a pequeñas obras y pueda así estar presentes en toda esa actividad.

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